DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

EL PAPA FRANCISCO CALIFICA DE PERVERSO CUESTIONAR EL CAMBIO CLIMÁTICO


Carlos Esteban
Infivaticana,  17 noviembre, 2017

“Necesitamos una conversación que nos una, porque el reto medioambiental que estamos viviendo, y sus raíces humanas, nos afecta a todos”, ha declarado el Papa Francisco en un mensaje con motivo de la cumbre sobre el Cambio Climático COP23 de Naciones Unidas que tiene lugar esta semana en la ciudad alemana de Bonn.

Bien. Uno puede, creo que legítimamente, cuestionarse el papel de un Romano Pontífice en una reunión que es, en el mejor de los casos, científica, y en el peor, política. Pero, al fin, se trata de una cuestión que, como afirma Francisco, “nos afecta a todos”, y por tanto también a los católicos, presumiblemente.

Debo, sin embargo, expresar mi perplejidad sobre esa expresión de sus primeras palabras, “una conversación que nos una”. ¿Qué significa eso, exactamente? ¿Una conversación en la que todos estemos de acuerdo? Eso sería, ciertamente, una extraña y un poco aburrida ‘conversación’ pero, en caso contrario, ¿cómo podría ‘unirnos’?
Pero mi perplejidad se convierte en estupefacción cuando continúo leyendo las palabras de Su Santidad, que pasa a identificar las cuatro actitudes “perversas” que impiden avanzar hacia soluciones concretas para luchar contra el Cambio Climático: negación del Cambio Climático, indiferencia, resignación y “confianza ciega en las soluciones técnicas”.

Pero si, por lo que fuera, uno llegara a la conclusión de que el cambio climático no existe, al menos como el fenómeno apocalíptico descrito por la ONU -ninguna de cuyas previsiones concretas se ha cumplido hasta la fecha-, ¿cómo puede participar en esa “conversación” que debería unirnos, si ya de entrada su actitud, por mucho que la mantenga de buena fe, es “perversa”?

Y, sobre todo, ¿en calidad de qué califica Francisco de “perverso” el escepticismo sobre el Cambio Climático? ¿Como Papa de la Iglesia Católica? ¿Pertenece al conjunto de materias ‘de fide’?, ¿debe el fiel católico ‘creer’ una teoría climatológica basada en modelos informáticos?

La Iglesia tiene un larguísimo y glorioso historial como promotora de las ciencias, pese a la leyenda, y entre sus filas figuran algunos de los científicos más notables de todos los tiempos, no pocos de ellos pertenecientes al propio clero.
Pero su experiencia tratando de convertir en materia de fe -o de que parezca que lo hace- verdades científicas no anima exactamente a seguir por ese camino. La jerarquía que condenó a Galileo tenía a su favor a todos los científicos de peso de su tiempo, nos atrevemos a decir que más del 97% que falsamente se cita en apoyo del Cambio Climático. Pero hasta hoy sigue siendo motivo de reproche para los incrédulos, e incluso un Papa, San Juan Pablo II, se sintió obligado a rehabilitar al científico pisano.

El Papa también ha insistido en que el Cambio Climático es “uno de los fenómenos más preocupantes a los que se enfrenta la humanidad”, algo que yo, al menos, no me siento capaz de discutir, pero que no deja de intrigarme en boca de un Vicario de Cristo del que uno esperaría que considerara más preocupantes otros fenómenos, estos espirituales y más en la línea de su cargo, como la descristianización acelerada de Occidente.
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Antecedente:

IDEOLOGIZACIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO.

Mons. Juan C. Sanahuja 

Noticias Globales, (6-5 y 26-7-07).

La organización británica Optimum Population Trust (OPT) reclamó al gobierno del Reino Unido adoptar una política que restrinja la natalidad usando del poder del Estado, exigiendo que las familias no pasen de dos hijos.
El OPT propone que el gobierno adopte medidas coactivas similares a las de China en cuanto a la limitación de nacimientos para evitar los desastres ecológicos, para esta organización la población es la causante del cambio climático.

Sin embargo los datos oficiales dicen que la tasa de fertilidad británica está bajo el nivel de reemplazo generacional, 1,66 hijos por mujer; como en todos los países europeos el problema del Reino Unido no es el exceso de nacimientos sino la implosión demográfica. La falta de nacimientos ha sido paliada con las migraciones, sólo Londres entre 1995 y 2004 recibió 880.000 inmigrantes extranjeros.
No obstante el ecologismo se empeña en llamar a los seres humanos “virus del planeta”, “el SIDA de la Tierra”, “cáncer de los ecosistemas”, etc.

El 7 de mayo pasado el OPT publicó un informe sobre las emisiones de dióxido de carbono, el desastre ambiental y la población, en el que propone limitar la natalidad en todo el mundo por ley a uno o dos hijos. Aquellos que se atrevieran a romper la norma serían culpables de un “eco-crimen” y por lo tanto delincuentes. (Se comienza por la condena social y se termina con una norma legal persecutoria)

Control compulsivo de la natalidad
La idea no es nueva. A principios de los 90 comenzó a desarrollarse impulsada, entre otros, por Maurice Strong, artífice de la Eco 92 de Río de Janeiro y coautor de la Carta de la Tierra, y se convirtió en uno de los mandatos del pensamiento único universal que se contienen en el concepto de ciudadanía: relativismo moral, veneración idolátrica de la ley positiva,….. patrones de reproducción sustentables, etc. El ex-vicepresidente de USA, Al Gore, ahora un verdadero pope del ecologismo, postula el uso de la fuerza para estabilizar la población mundial en su libro Earth in the Balance: Ecology and the Human Spirit. (Puede consultarse la traducción castellana, La Tierra en Juego, Emecé, Buenos Aires 1993).

En el libro, Gore, que plantea la creación de un Plan Marshall mundial para rescatar y asegurar el ecosistema global y no duda en proponer estabilizar el número de habitantes del planeta usando de todo el poder de los estados o la "fuerza" de un gobierno mundial. Es de notar que al ex-vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, le fue otorgado el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2007 “por su decisiva contribución al progreso en la solución de los graves problemas del cambio climático que amenazan el planeta”. 

(Vid. NG 106, 313, 423, 725)