DON BOSCO

DON BOSCO
"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

¿DERECHOS HUMANOS?



  Los organismos internacionales que fueron creados para interpretar fielmente los tratados internacionales vigentes parecen operar en sentido inverso.

Por Carlos Alvarez Cozzi (.)

Situación planteada.                                                                     

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, (CIDH) según dan cuenta varios portales digitales, podría abrir las puertas al aborto en todo el continente, reinterpretando la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José), según han advertido recientemente diversos líderes pro-vida. Para Gualberto García Jones, director ejecutivo de International Human Rights Group, el organismo internacional está ejecutando un “golpe de estado jurídico” contra los derechos humanos.

El 19 de mayo, la CIDH abrió un proceso de consultas sobre tres artículos del Pacto de San José. Entre estos figura el artículo 4.1, que reconoce el derecho a la vida desde la concepción.
Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente”, indica el artículo que podría interpretar la CIDH.

Para Gualberto García Jones, experto en derechos humanos, la consulta iniciada por la Corte IDH “no es nada más que un intento de democratizar su golpe de estado”. García Jones advirtió que “la Corte Interamericana pretende nada más y nada menos que un golpe de estado jurídico a los derechos humanos, protegidos por la mayoría de las constituciones nacionales y por la misma Convención Interamericana sobre los derechos humanos”.

De la defensa del derecho a la vida a la aparente defensa del derecho al aborto como un derecho humano.

“En vez del derecho a la vida quiere imponer el derecho al aborto, en vez del derecho a la integridad familiar quiere la destrucción del concepto de familia, en vez de la libertad religiosa quiere imponer su versión religiosa a la fuerza”, denunció García Reyes.
Conviene recordar que lamentablemente no es la primera vez que se intenta esta maniobra para imponer la agenda relativista en el sistema interamericano. Al asumir su cargo de Secretario General de OEA Luis Almagro dijo que impulsaría desde el organismo continental la llamada “agenda de género”, que supone precisamente, ente otros fines, imponer la legalización del crimen del aborto en toda América.

Ya gobiernos de países como Paraguay, Perú, Colombia y Ecuador han expresado su rechazo a tal intento de inmposición de la OEA.  Dichos gobiernos fueron apoyados por manifestaciones varias de sus pueblos en el sentido de la defensa de la vida humana naciente. Recordemos, por ejemplo,  las recientes marchas por la vida de Lima y de Bogotá.

Eventuales sentencias u opiniones consultivas que dictare la CIDH en sentido contrario a la Convención no tendrán eficacia jurídica.

El intento en realidad no es más que un fuego de artificio porque un fallo u opinión consultiva de la CIDH que sostuviera lo contrario de lo que expresa la Convención sería insólito en primer lugar pero además no obligaría a los Estados, toda vez que el organismo de Justicia del sisetma interamericano no puede apartarse del instrumento internacional vigente, que es claro en sus arts. 4 y 6 en cuando a la relevancia jurídica del estatuto del embrión y la obligatoriedad para los Estados de protegerlo.

Cuando en la discusión del art. 4 de la Convención Ameri cana, alguien expresó que el giro puesto “en general” para la obligatoriedad de la vida humana desde el momento de la concepción, permitiría excepciones, recuerdo perfectamente otras voces que aparecieron expresando que dicho giro no habilita excepciones sino que remarca la generalidad en la observancia de tal derecho humano. Lo cual es lógico porque de lo contrario, qué sentido tendría hablar de derechos humanos si el primero de ellos que es la vida, pudiere ser conculcado impunemente, y peor, fuera considerado un derecho humano el suprimirla? Aguardamos que la sensatez prime y que lo denunciado no se lleve a cabo por el bien del respeto de los derechos humanos.

Nunca podrá ser un derecho humano quitar el derecho a la vida de otro ser humano. La dignidad intrínseca de toda vida humana, imperiosamente lo imposibilita.

(.) Catedrático de Derecho Privado y experto en bioderecho internacional.