DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

PERSISTE LA POBREZA ESTRUCTURAL EN EL PAÍS


La Voz del Interior, 18-7-14

¿En qué medida el crecimiento económico, la ampliación de derechos sociales y las mejoras en las políticas públicas promovidas durante la última década impactaron de manera positiva en el desarrollo humano y en una justa distribución de la riqueza? Esta pregunta central forma parte de la introducción del informe anual publicado ayer por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA).

El documento, cuyos datos principales fueron adelantados en los últimos días por La Voz del Interior, arroja cifras del período 2010-2013 que revelan la magnitud de la deuda social nacional.

A los índices de pobreza del 27,5 por ciento y de indigencia del 5,5 por ciento, agrega otros datos: la inseguridad alimentaria severa (reducción involuntaria de la porción de comida con registros de hambre) alcanzó en 2013 al 5,2 por ciento de los hogares, y un 11 por ciento presenta Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI).

Si se tiene en cuenta que el total de hogares del país asciende a 12.171.675, según el censo 2010, significa que cerca de 670 mil padecieron inseguridad alimentaria severa el año pasado, mientras que cerca de 1.339.000 tuvieron algún grado de NBI.

“(Entre 2010 y 2013) se observa que la persistencia o eventual agravamiento de las condiciones de subsistencia económica impide a una parte de los hogares superar privaciones estructurales”, sostiene el informe.

En cuanto al hábitat, se indica que, por ejemplo, entre 2010 y 2013, aproximadamente el siete por ciento de la población presentó condiciones de hacinamiento; entre el ocho y el nueve por ciento, déficit sanitario; cerca del 11 por ciento habitaba una vivienda precaria, y cerca del 12 por ciento presentaba una tenencia irregular de la vivienda.

El documento
Con el título “Un régimen consolidado de bienestar con desigualdades persistentes. Claroscuros en el desarrollo humano y la integración social (2010-2013)”, el informe se divide en cinco capítulos. Los dos primeros se refieren a la capacidad de subsistencia económica de los hogares y a las condiciones del hábitat urbano. Los otros tres se destinan a derechos laborales y seguridad social, condición y prevención de la salud, y cultura democrática.

Desde 2004, el observatorio de la UCA realiza de manera ininterrumpida la Encuesta de la Deuda Social Argentina
(Edsa), cuya muestra poblacional, a partir de 2010 (etapa Bicentenario 2010-2016), se amplió a 5.700 hogares (ver ficha técnica).

“Sin dudas, después de la crisis de 2001-2002, el crecimiento económico tuvo un papel fundamental en el incremento del empleo formal, la reducción de la pobreza, la normalización institucional y la cohesión social. También gracias a un importante esfuerzo en materia de gasto social por parte del Estado”, reconoce el documento. “Sin embargo –advierte– no todos los sectores sociales lograron beneficiarse de la misma manera, ni dicha política logró una plena incorporación de la población ‘sobrante’ al nuevo esquema productivo. En este contexto (...), la desigualdad no cedió terreno en materia de capacidades de desarrollo humano”.

Información
“La medición de la pobreza constituye una medida crucial para evaluar la calidad de vida de la sociedad, el desempeño del Estado y de los mercados, así como también un derecho de información a partir del cual los pobres pueden hacer valer su reclamo de justicia”, advierte el documento en un apartado específico que dedica a remarcar la importancia de la información pública sobre la pobreza.

“Lamentablemente, durante los últimos tiempos el problema de la pobreza ha sido minimizado o quedado circunscripto a una discusión simbólica entre cifras vacías de contenido”, afirma, al tiempo que advierte que con ese debate se pierde de vista lo más importante: “La persistencia de un núcleo duro de pobreza que el crecimiento económico ni las políticas de transferencias de ingresos han podido fracturar”.

Evolución de las cifras
Para el período analizado, el informe muestra que entre 2010 y 2011 se redujeron las tasas de pobreza e indigencia, para luego
estancarse o crecer entre 2012 y 2013. “A pesar del contexto creciente inflacionario, las tasas de indigencia –tanto a nivel hogares como de población– habrían caído durante el período 2010-2012, para estancarse entre 2012 y 2013, afectando al 5 y 6 por ciento de la población, respectivamente”.


Sobre la pobreza, destaca: “Las tasas –tanto a nivel hogares como de población– experimentaron una importante reducción entre 2010 (29,5 por ciento) y 2011 (24,7 por ciento), para luego crecer en 2012 y 2013 hasta alcanzar a un 26 y 27 por ciento de individuos, respectivamente”.