DON BOSCO

DON BOSCO
"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

Acerca del 12 de octubre



Félix Luna (*)

Acaso la áspera polémica entablada entre indigenistas e hispanistas neutralizó un poco la vocación que algunos intelectuales y escritores, en ambos lados del Atlántico, manifestaron por pensar con serenidad la significación trascendente el acontecimiento.
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Pues lo singular de la presencia hispana en el nuevo continente fue precisamente la creación de algo que es distinto a los elementos que le dieron origen. Este fenómeno no fue común en los procesos de conquista que se han dado a lo largo de la historia de la humanidad.
En general, los conquistadores imponían sus propia cultura a los sometidos –caso de los bárbaros cuando ocuparon los restos del imperio Romano- o se limitaron a explotarlos sin tomar mayor contacto con los conquistados –caso de los ingleses en la India. El desembarco español en América fue otra cosa: en muy poco tiempo hubo una contaminación recíproca, una mezcla que se dio en el campo de lo racial, lo lingüístico, lo artístico, lo religioso, lo social. Hasta en la gastronomía se operó esta mixtura, y así como los europeos pudieron, poco después del descubrimiento, conocer la papa, el maíz, el tomate, el tabaco o el chocolate, los pueblos del nuevo continente adoptaron a su vez “los frutos de Castilla”, el trigo, el aceite, el vino y tantos otros productos. Reitero: fue una confluencia y nosotros somos sus destinatarios y protagonistas; un Paraná y un Uruguay, diferentes en su realidad geográfica, dieron vida al Plata.
No fue un encuentro, como suele decirse con cierto tono trivial, tampoco fue un genocidio ni un proceso civilizador. El Plata es diferente a las vertientes que el dan vida y nosotros, los pueblos hispanohablantes de América, somos una entidad distinta a la realidad anterior a los españoles pero también a los españoles mismos.

(*) La Voz del Interior, 12-10-92