DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

Un país sin Estado


Dr. Raúl Cuello

Comienza la semana con la vivencia de la tragedia del Once que costara tantas vidas y un número no determinado de lisiados e incapacitados. El acontecimiento pasó y era esperable como son esperables nuevas muestras de desidia, ineptitud e incapacidad para manejar la cosa pública. Un cartel en Once decía “Basta de Impunidad” y era cierto. Pero mientras en los medios se siguen dando detalles de lo inexplicable e imputando responsabilidades, es hora de que se reconozca que Argentina es un país sin Estado, como habrá otros en este mundo, pero a nosotros nos interesa nuestro país. Y así como sin corazón no funcionaría el cuerpo humano, sin Estado no puede funcionar un país. Ejemplos de ineptitud e irresponsabilidad sobran. Sería injusto hacer el listado porque nos abarcaría a todos. Los que lo conforman y los que los soportamos sin arriesgar una sola queja y acostumbrados a vivir en medio de la inseguridad, de la corrupción, de la ostentaciones obscenas de riqueza mientras que en sus discursos lacrimógenos se abrazan a los pobres, de jueces que llegan a ser tales porque se copian los exámenes, de funcionarios que llegan a tales por portación de apellidos, por la elección a dedo sin partidos que practiquen la democracia que dicen representar, de una justicia que funciona como un delivery en los tiempos que prefiera el consumidor, con prescripciones, nulidades y chicanas de todo tipo que dan como resultado que alguien que roba un pedazo de queso para comer este entre rejas, mientras que, por decir algo, un ex secretario de transportes sea dirigente provincial del partido oficialista.

El hombre común se pregunta: ¿cuáles son los méritos que se adjudican a los privilegiados que van a conducir nuestros destinos? ¿Están equilibrados psíquicamente cuando, por ejemplo dicen que fue una suerte que el accidente del Once no se produjo el día anterior? ¿Cuál es el ejemplo que brindan a nuestra juventud, si cualquiera sabe cómo llega la droga al país, como nos convertimos en productores y que se transa en las puertas de los colegios? ¿Quién, dónde y cómo se forman nuestras fuerzas de seguridad? Si son ineptos hay que sacarlos si son cómplices del delito hay que ponerlos en la cárcel. ¿Por qué nuestros hijos deben jugar a la perinola para saber si van o no a clase el martes, por qué las paritarias docentes se hacen en el mes de febrero en lugar de diciembre? ¿Por qué, por simple sospecha, en Brasil, en un año, la Presidente Dilma les pidió la renuncia a ocho de sus ministros, que luego están dando razones de sus actos en la justicia, mientras que acá el cargo es un bill de indemnidad?

Es hora ya no de reflexionar, porque en el lenguaje de los políticos reflexionar significa no hacer nada para no quedar mal con el poder. Es hora de actuar. No tengo la fórmula, pero sí sé que el progreso está fundado en ideas más acción. La idea central es refundar al Estado Argentino, recuperar la República a la que asesinaron con el dictado de la Ley de Coparticipación Federal y la convirtieron en Unitaria. Reconstruir la República no es volver al pasado sino que es dar un salto al futuro. Quienquiera que viaje por el mundo ha de quedar sorprendido por el atraso que supimos conseguir y que el progreso no se amasa con la fórmula de Pan y Circo. Es hora de dejar de pensar en cantidades para pensar en calidades y olvidar el deseo generalizado de los mediocres, que quieren perpetuarse en el poder mediante re elecciones como si la Nación formara parte de su patrimonio. Todos somos el país con iguales derechos y obligaciones y debemos exigir la rendición de cuentas a los que dicen que si no tienen el privilegio que se arrogan, el poder lo han de ejercer los ricos y los deshonestos. Una frase que se debería incorporar al “Guinness Book”. Y conste que conozco funcionarios probos y capaces en este gobierno, pero son la excepción y un país no se hace con excepciones. Este mensaje es para “los otros”.

Informador Público, 27-2-12