DON BOSCO

DON BOSCO
"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

No rompamos la unidad de la Doctrina Social de la Iglesia



Nota crítica sobre un artículo de Marciano Vidal.

S. E.
Mons. Giampaolo Crepaldi

He tenido ya la oportunidad de evidenciar cómo es un error, además de ser improductivo, continuar insistiendo sobre la división entre método deductivo e inductivo en la Doctrina Social de la Iglesia. Mientras menciono un poco una anterior intervención mía, quisiera regresar al argumento en cuanto que a pesar de las múltiples reflexiones dadas para volver imposible el esquema de la deducción/inducción, se continúa insistiendo en ello. Sostengo que se trata de posiciones retrógradas y conservadoras.

En el último número de la Revista de teología moral (n. 171, julio – setiembre 2011), Marciano Vidal retorna sobre el argumento en el artículo “La cuestión social pertenece a la teología y a la teología moral” (pp. 343-350). Vidal insiste aun sobre un “paradigma preconciliar o neo-escolástico” que hubiera tenido las siguientes características: a) el sujeto de la DSI es la jerarquía, b) el método deductivo y c) el orden social viene a ser sujeto del orden cristiano.

También hoy, en cierto sentido, el sujeto de la DSI es la jerarquía.
Ciertamente es necesario distinguir: porque la DSI es —también— “acto del Magisterio”; también ahora su sujeto, desde este punto de vista, es la jerarquía. Si consideramos otros puntos de vista, emergen también otros sujetos eclesiales y, al final emerge la Iglesia como sujeto unitario y orgánico. La DSI en realidad pertenece a la misión de la Iglesia. Pero ¿estamos seguros de que estas articulaciones no fueron para nada tomadas en cuenta en la DSI preconciliar? Y sobre todo ¿estamos seguros de que no ha sido tomado en cuenta de que el sujeto último es la Iglesia como tal? No me animo a sostenerlo de manera definitiva.

La expresión método deductivo es demasiado ambigua y ya he propuesto superar esta terminología. ¿En la Rerum novarum no existe un análisis de la realidad histórica? ¿Las res novae de las que se ocupa no emergen antes que nada de la sociedad del tiempo, que León XIII rápidamente describe? Si deductivo quiere decir que la DSI proyecta la luz del Evangelio sobre la cuestión social, ahora podemos decir que la DSI es deductiva, pero toda, también aquella postconciliar, dado que esto es lo que ella hace propiamente. Si deductivo significa que se deduce el accionar práctico de conceptos abstractos y manuales, entonces nunca ha sido deductiva porque nunca ha hecho eso.

En cuanto al “sujeto del orden social es el orden cristiano” hago notar que la DSI nunca ha dejado de afirmar que no existe solución a la cuestión social fuera del Evangelio. También la Caritas in veritate lo dice. No niego ciertamente que existan diversos acentos en la DSI de finales del ochocientos y en las últimas encíclicas de los pontífices de este siglo, pero en ninguna —ni en aquellas ni en estas— puede ser menospreciado el principio de la centralidad de Cristo en la construcción de la sociedad.
Sostengo también que ya no es útil retomar las notas críticas a la DSI expresadas en los años sesenta y setenta y encuentro extraño que, no obstante lo que se afirma en la Caritas in veritate, se continúa diciendo que el Magisterio social de Pablo VI sufra de estas críticas y de la dificultad de hablar de DSI. Así como también no encuentro correcto sostener que la fuerte muestra de la DSI de Juan Pablo II haya sido posible por aquellas críticas de los años sesenta y setenta. Me parece que las cosas están de manera opuesta: Juan Pablo II se ha reconectado a todo el Magisterio precedente propiamente refutando aquellas críticas y desarrollando ulteriormente el discurso sobre la DSI que aquellas críticas hubieran querido bloquear. Quien a su tiempo criticaba la toma de la DSI actuada por Juan Pablo II ahora presenta su Magisterio como consecuencia a las críticas de aquellos tiempos y no a la DSI como una recuperación de la entera historia de la DSI y de la totalidad de su Cuerpo doctrinal.

Recuerdo que la Caritas in veritate dice: «no contribuyen a esclarecer ciertas subdivisiones abstractas de la Doctrina Social de la Iglesia que aplican a la enseñanza social pontificia categorías extrañas para ello. No existen dos tipos de doctrina social, una conciliar y una postconciliar contrapuestas entre ellas, pero una única enseñanza, coherente y al mismo tiempo siempre nueva». Esta imposición de Benedicto XVI se debe de cumplir.

Marciano Vidal habla también del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia de 2004. Habla como de una «revuelta en la historia —más que centenaria— de esta forma de acción “magisterial de la Iglesia”»; dejando entender que el Compendio certificaría la contraposición entre los dos esquemas —pre y postconciliar— por el propuesto. Quisiera desmentir esta interpretación. El Compendio no representa ninguna revuelta porque las revueltas en la Doctrina Social de la Iglesia no existen. Basta un solo ejemplo para confirmarlo. Según Vidal la “nueva” DSI habría abandonado el concepto de ley natural. Ahora, el concepto de ley natural está presente en el Compendio, como está bien dicho en la Caritas in veritate y en el magisterio ordinario de Benedicto XVI.



Osservatorio Internazionale Cardinale Van Thuân - Newsletter n.362 2011-09-06