DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

El campo no votó a Cristina


Exégesis de un agravio gratuito
Venica Gabriel

A menos que consideremos a Ider Peretti, Ballesteros, Samid, Florencio Randazo, Moyano o Lazaro Baez, todos ellos latifundistas, representativos del sector, no encontré fundamentos rigurosos a la afirmación "el campo votò a Cristina".

Representando los productores menos del 1,5% del padrón (270.000 según el último censo), atribuir al campo los números del oficialismo en los últimos comicios resulta cuanto menos forzado.

Se utiliza y mezcla la palabra campo en sentido estricto, en sentido amplio y en sentido impropio con una combinación de desconocimiento y malicia.

En las premisas analíticas se considera campo al simple habitante de una localidad agropecuaria (aunque sea zapatero, ñoqui, plan trabajar, empleado municipal o camionero). Pero en la conclusión final ("El campo votó a Cristina") se alude implícitamente a los productores que "estuvieron en la ruta". Si no se aclara, la carga denotativa de la palabra y el imaginario colectivo hacen lo suyo. En lógica se conoce a este recurso como falacia de ambigüedad.

El término campo, lo sabemos, facilita la estratagema:

En un "sentido impropio “campo es sinónimo de "interior". Abarca el 70% del padrón incluyendo al rosarino Fito Páez.

En un sentido "amplio", "campo" es todo el sector agropecuario: prestadores de servicios, fabricantes y obreros de maquinaria agrícola, transporte, talleres, ingenieros, veterinarios, etc.. Hay consenso en que constituye un 30% del empleo. Puede llegar al 50% en localidades pequeñas.

En un sentido "estricto" "el campo" son los productores. Los que enfrentaron al gobierno. Menos del 1,5% del padrón (270.000 según el último censo como dijimos). Incluyendo a sus familiares en situación de votar podemos elevar la cifra a un 8%.

En ninguna de las tres acepciones podemos afirmar "el campo" votó a Cristina.

Resulta una media verdad en relación a la primera (campo = interior) que mejor luciría si dijésemos "la mitad del interior votó a cristina". En definitiva es el mismo porcentaje que el que se obtuvo en promedio en el área metropolitana: CF y GBA.

Y resulta falsa en relación a las dos últimas acepciones (campo en sentido amplio -el sector- y campo en sentido estricto -los productores-). Veamos por qué.

Tanto los productores en particular como el sector agropecuario en general caben cómodamente dentro de la suma de votos que obtuvo la oposición en cualquier Provincia agropecuaria (65% en Córdoba y 62% en Santa Fe). Y sobra mucho lugar aún. No hay razones para afirmar que votaron a Cristina basados en los datos de los comicios.

Es más, es en las localidades y Provincias de fuerte influencia agropecuaria clásica donde Cristina menos votos sacó (34 % sobre el total de votos válidos en Córdoba y 38% en Santa Fe). Y, por el contrario, es en los lugares donde menos incidencia tiene el productor tradicional o clásico (anti k) donde más votos sacó el oficialismo (conurbano y norte del país).

Si el "campo" (aún en su sentido lato o amplio como sinónimo de todo el sector) hubiera votado a Cristina, la Presidente habría alcanzado un 70 u 80% de votos en Córdoba y Santa Fe y entre un 80% y un 90% en Buenos Aires. Se repetiría el fenómeno de Provincias con escaso desarrollo de una burguesía agropecuaria integrada, tecnológicamente desarrollada e independiente como es el caso de Formosa donde obtuvo el 70% de los votos y Santiago del Estero donde obtuvo el 90%.

Por reducción al absurdo y con las cifras actuales, si el sector agropecuario votó a Cristina, deberíamos concluir que al menos en Córdoba y Santa Fe y en la mayoría de las localidades del interior de la Provincia de Buenos Aires fuera del sector agropecuario no la votó nadie. Ni los beneficiarios de planes y subsidios, ni las madres solteras, ni los empleados públicos, ni los profesionales, periodistas y docentes, ni los comercios y sus empleados, ni aquellos que recibieron una jubilación sin aportes, ni los numerosos estudiantes abonados al sistema no estudiar que perciben $400 mensuales.

La pobreza, destino natural de los planes clientelares y refugio seguro del voto duro kirchnerista no baja del 30%. Un porcentaje adicional y creciente de municipales, oficios, negocios, artesanías, industrias y servicios urbanos con sus empleados son suficientes para explicar el voto cristinista en cualquier lugar del país incluyendo localidades y Provincias agropecuarias.

Distribuyo monitores de siembra y otros dispositivos en la Pcia. de Buenos Aires y la Pampa y soy originario de las colonias agropecuarias del Norte de Santa Fe. Los productores y contratistas son mis clientes. Interactúo diariamente con el resto de los integrantes de la cadena (Ingenieros Agrónomos, fabricantes de maquinaria, talleres, concesionarios, tractoristas, obreros, empleados y peones). Decir que el campo votó a Cristina es un chiste de mal gusto que merecería ser festejado a no ser por el dolor que causa. Constituye un agravio gratuito y cruel.

No existe otro segmento del país que rechace con más virulencia los modos, el estilo y las medidas kirchneristas, con excepción de aquellos pocos que han aceptado y han lucrado con las reglas del capitalismo de amigos que ofrece el oficialismo.

Los productores genuinos no votaron en absoluto a Cristina. El resto del sector en su inmensa mayoría tampoco.

El campo ha sido el refugio de la oposición (lamentablemente dispersa) y de los ideales constitucionales, republicanos y federales en el interior del país. No verlo convertirá esta derrota electoral en una catástrofe.

Gabriel Vénica
11 15 6694 8893

P/D. Vaya esta reflexión con beneficio de inventario. Hemos supuesto ciertos y confiables las cifras oficiales de los comicios sin considerar la posibilidad de fraude (cada dia hay mas indicios) y no se han tenido en cuenta la totalidad del padron electoral según el cual el oficialismo sacó solo el 35% de los votos. El 50% corresponde sólo a los votos válidos emitidos.